Por Lic. Belén Travesaro
belentravesaro@gmail.com



Durante SIAR 2017 se reflexionó acerca de la relación entre el cuidado del ambiente y los valores humanos.

El cuidado del ambiente está directamente relacionado con nuestra educación, hábitos cotidianos, valores humanos, formas de consumo y modos de relación con los demás. Sin embargo no siempre se lo piensa de manera integral, lo que muchas veces lleva a actitudes individualistas que descuidan el entorno. Durante el Salón Internacional del Ambiente Rosario (SIAR), finalizado el 30 de septiembre pasado en el Galpón de la Música, hubo conferencias donde se hizo hincapié en el concepto de ecología integral, basándose en la encíclica del papa Francisco, firmada en el 2015, Laudato si’.

Esta encíclica se centra en el planeta Tierra como lugar en el que viven las personas, defendiendo la naturaleza, la vida animal y las reformas energéticas; presenta el subtítulo: Sobre el cuidado de la casa común. Francisco realiza una crítica mordaz del consumismo y el desarrollo irresponsable con un alegato en favor de una acción mundial rápida y unificada para combatir la degradación ambiental y el cambio climático.

Fue el decano de la Facultad de Química de la Universidad Católica Argentina (UCA) de Rosario, Francisco Casiello, quien en la apertura de la bienal habló sobre este tema y aclaró: “La encíclica habla de un cambio de estilo de vida, de un cambio en el estilo de consumo. Relaciona el deterioro de la pobreza con el descuido al ambiente. Menciona una falta de conciencia clara acerca de los excluidos, y se refiere al consumismo extremo. También habla de la presencia de un paradigma tecnocrático, con una lógica de dominio, y nos intima al desarrollo de una ecología integral donde haya una preocupación hacia el otro, hacia la familia, y una cultura del cuidado”.

Por su parte, el ex ministro de Medio Ambiente de Chile, Pablo Badenier, se refirió a la necesidad de trabajar en una producción y un consumo sostenible. “Mucho de lo que se consume es prescindible y ocuparnos de este tema es lo que llevará a una reducción de los residuos. Hoy reciclar tiene que ser un buen negocio”, opinó Badenier, quien también se refirió al valor de la ley que tiene Chile donde se establece que el productor se ocupe de la financiación de los residuos (Ley de Reciclaje y Responsabilidad Extendida del Productor).

Y el periodista Guillermo Andino, quien estuvo en la apertura de la actividad, expresó: “La educación en el ambientalismo va a ser la herramienta más inclusiva para unir a todas las generaciones. Nos tenemos que ocupar del tema hoy, salir de la teoría y pasar a lo empírico. En alusión a Laudato si’, quiero decir que sin amor nada se puede hacer, educar es amar, dar valores, principios. Lo que dijo el papa Francisco creo que es fundamental”.

SIAR2017

Ambiente y pobreza

Acerca de la relación entre ambiente y pobreza, el decano de Química de la UCA Rosario, agregó que son los sectores más desventajados de la sociedad los que terminan padeciendo las grandes consecuencias de los impactos que hace el hombre sobre el ambiente. “No es posible continuar con una pretensión económica centrada en el desarrollo ilimitado. Eso hace que la visión de crecimiento tenga que ser otra, centrarse en un desarrollo integral de la persona”, opinó.

Esta mirada también lleva a replantearse las formas de consumo. Para Casiello, “necesitamos separar en nuestra cabeza lo que deseamos de lo que necesitamos. Estamos en un mundo donde nos están llevando por las narices por el deseo y no por la necesidad. Cuando reflexionamos sobre esto, nos lleva a modificar nuestra conducta y a pensar en el bien común”.

“El papa Francisco también nos dice que miremos a nuestras relaciones de amor dentro de la familia, donde hay mucha entrega de unos a favor de los otros. Ese mismo concepto de amor nos pide que lo llevemos al trabajo, a nuestra comunidad, incluso a las relaciones internacionales. Esto nos da una orientación para buscar acciones que mejoren integralmente la calidad de vida de toda la población”, agregó.

Este cambio de mentalidad requiere de la participación de la sociedad, que cada uno desde su lugar se involucre en aportar algo para vivir en un mundo mejor.
Cuidar el entorno, la tierra en que vivimos, nuestros ríos y árboles, habla de una actitud de autocuidado y de una integración con el ambiente.

Comenzar desde casa con hábitos saludables como la separación de residuos en origen, la realización de compost en el domicilio, evitar el desperdicio de alimentos, no ensuciar el río Paraná, puede ser una buena iniciativa que “contagie” a otros y posibilite vivir en una ciudad más limpia.

Veneta

Responsabilidad social
En los últimos años se van sumando más empresas que se ocupan de garantizar la Responsabilidad Social Empresaria (RSE), concepto que se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de los comercios.
La RSE es el conjunto de acciones que toman en consideración las industrias para que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad y se trata de una iniciativa de carácter voluntario.
Una de las firmas participantes de SIAR 2017 que viene trabajando este aspecto es Veneta Rosario: se ocupa de la remanufactura de cartuchos láser, cintas, tintas y un amplio stock en alternativos e insumos. Lleva a cabo un conjunto de prácticas y estrategias que persiguen un nuevo equilibrio entre las dimensiones económica, social y ambiental en pos de mejorar la calidad de vida de la comunidad. Y en este sentido trabaja en conjunto con PAR Pacto Ambiental, La Casa del Paraná y Taller Protegido Rosario.

Las preguntas profundas generan el verdadero cambio.

“La experiencia de SIAR17 dio margen a charlas reflexivas y sensatas, que tocaron temas profundos y sensibles. La manera de pensar los residuos fue uno de estos temas, siendo el ingeniero Martín Almiña uno de los encargados para debatir sobre esta problemática. Un joven que pertenece a la asociación civil Más Oxígeno de Vicente López (BsAs) que entiende y siente como pocos la responsabilidad por el cuidado del planeta. A continuación se detallan sus pensamientos enmarcados en la charla que brindó en la bienal.

SIAR2017

¿Por qué seguimos usando la palabra basura?, me pregunto. En la naturaleza la palabra basura no existe por eso creo firmemente que usar este concepto es una bajada de línea. Los contratos de residuos que hay en las ciudades deberían cambiarse, usando el concepto economía circular para fundamentar esta idea.

Este contrato debería cambiar, desde Más Oxígeno estamos generando una disrupción muy fuerte en el estatus quo y veo que en muchos sectores hay miedo, hay miedo en plantarse y decir que el Estado es un servidor del ciudadano. Nosotros somos ciudadanos que tenemos derechos y es importante que el Estado los cumpla, que el intendente respond y presente números y que revele como se están usando nuestros impuestos para contratar a quienes están contratando y así podamos ver los indicadores. La información debe ser transparente

Podemos charlar un montón de la industria, de las tecnologías, de las eficiencias pero estamos trabados en un lugar mucho más profundo, por eso está bueno que tengamos estas charlas, pero tienen que salir desde el corazón sino no sirven.

Me comí 10 años de ingeniería industrial en la Universidad de Buenos Aires y entendí que el pensamiento de las ingenierías es un pensamiento lineal, es decir, se extrae, se produce, se consume y se tira a la basura. Pensamos en línea, nos sentamos en líneas, los edificios son cuadrados, las calles son cuadrículas y cuando vamos a la naturaleza vemos que todo funciona en curvas. Al darnos cuenta (que es reciente), empezamos hablar de economía circular. El problema es mucho más profundo, es de mucho más atrás y por lo general pensamos que el problema de los residuos no es nuestro.

Al problema “lo sacamos afuera” y argumentamos que la culpa es del Estado, o de la empresa o de los cartoneros. Por eso creo que nos debemos preguntar: ¿Cuál es mi responsabilidad? ¿Reciclo todo lo que puedo? ¿Les digo a mis amigos que hay que reciclar? ¿Hago todo lo que puedo?

Hacerlo evidentemente implica asumir un trabajo personal. En este punto creo que hay que hacer hincapié en los residuos orgánicos, ahí está la traba principal.

El motivo basal se debe a que nos da asco reciclar porque hay mal olor, pero esto no es así. En este residuo gestionamos algo vivo, lo que pasa es que desde la industria el mensaje que se viene transmitiendo es el de “compremos a los aerosoles, matemos las bacterias”, pero a la vez nos estamos matamos nosotros ya que estamos conformados por un organismos que están llenos de bacterias.

El rol del Estado debería ser invisible, solo tendría que estar para que vivamos felices. El Estado está para cobrar las normas, poner las reglas, ayudar, siempre sirviendo, facilitando la vida y por otro lado tiene que tener el marco legislativo para que puedan proliferar las cosas buenas.

Hagámonos preguntas profundas porque de esa manera vamos a generar el verdadero cambio. Desde mi postura, me pregunto: ¿Para qué hago las cosas? ¿Para qué está esa industria? ¿Cuál es el rol de cada uno de nosotros? ¿Qué estoy haciendo sobre mi rol? ¿Dónde me ubico? ¿Estoy en mi mejor versión? Si nosotros le echamos la culpa al otro o no hacemos algo que le toca al otro porque “no me corresponde” así nunca va a ser posible un avance.

Mi sueño es que nos empecemos a mirar a los ojos, que nos conozcamos más y nos unamos. Estamos en la era digital, ya no necesitamos tantas estructuras para hacerlo. La automatización se está viniendo por eso es importante que nos despertemos, que prestemos atención a estas cosas porque solamente atentos vamos a poder cambiar.

Hay palabras muy difíciles de decir, pero hay que decirlas porque solo desde las palabras podemos empezar a mover energías o a crear mundos. Hablémonos a los ojos, con el corazón y no esperemos que venga un presidente salvador porque por ahí no viene, o mejor aún, nosotros somos los salvadores.

Cambiemos la dirección, porque es fundamental modificar la conciencia.