Por Jeremías Prati
jeremiasprati@gmail.com

Priorizar el comercio local, elegir los alimentos orgánicos, consumir productos con menos packaging, son algunas de las recomendaciones del sitio web ecoalimentate.org.ar, que llevan adelante el Taller Ecologista y STS Rosario

La tarea por consumir alimentos de manera responsable era algo impensado hace varias décadas atrás, las formas en cómo generábamos nuestros alimentos nunca estuvieron cuestionadas y mucho menos en la “agenda cotidiana” de la sociedad. Sin embargo, a raíz de diferentes factores, las formas de producir y consumir alimentos se fue deteriorando: la desconexión del hombre con la tierra, la inmediatez del consumo, la producción de comida fast food y transgénica, entre otros.

Paralelamente a esta realidad, fue surgiendo una conciencia colectiva que se ocupa por saber qué comemos


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Sus diferentes propuestas buscan generar una conciencia de respeto y cuidado en nuestros alimentos, tal como lo propone Ecoalimentate, una iniciativa del Área de Soberanía Alimentaria de Taller Ecologista de la ciudad de Rosario y STS (Soluciones Tecnológicas Sustentables).

Industria Ambiental dialogó con Marina Giannone, representante y voluntaria de esta iniciativa donde nos contó qué hacen.

¿Cómo surgen y qué promueven con esta iniciativa?

Es un proyecto que surge del Taller Ecologista, y nosotros desde STS Rosario nos sumamos a colaborar. La finalidad es promover la producción y el consumo de alimentos sanos y locales, la comercialización directa, los grupos de consumo, las ferias agroecológicas y todo tipo de información que fomente y colabore en la construcción de la soberanía alimentaria

¿Cómo funciona?

Funciona a través de una plataforma web (ecoalimentate.org.ar) que también tiene una aplicación móvil (se descarga gratis a través de google play llamada“Ecoalimentate”) y es colaborativa. En la plataforma cada productor puede subir su información y “ponerle un rostro al alimento”, o sea, conocer al productor, saber cómo produce, porqué empezó con ese emprendimiento y además se cuenta con la posibilidad de cada productor pueda subir un video donde cuenta su historia: donde produce lo que uno está comiendo, con quien, a veces muestra su familia, el campo donde está cultivando y así “humaniza” nuestro alimento.

¿Cuáles son los objetivos que buscan fomentar?

La idea es divulgar la historia del alimento, su origen geográfico, sus métodos productivos y el perfil del productor, con el fin de fortalecer, humanizar y visibilizar a quienes los producen.

Facilitar el acceso a la información de productores, procesadores, ferias y mercados de la economía social de alimentos saludables, de producción agroecológica o en transición y de comercio justo.

Otro aspecto es promover el acortamiento de la comercialización de alimentos, evitando el encarecimiento de precios, el control o concentración económica en parte de la cadena y el poder asimétrico entre los sectores de producción, procesamiento y comercialización. ¿Qué aspectos hay que tener en cuenta para consumir de forma responsable?

1. Los kilómetros que viene viajando ese alimento que estoy consumiendo. En esos viajes seguramente hay refrigeración, lo cual consume un montón de energía y también consume combu stible fósil para llegar desde donde se produce hasta mi plato, por eso mismo cobra tanta relevancia el comercio local.
2. Las formas de producción. No es lo mismo algo que vaya a comer en monocultivo, con semillas transgénicas o con agroquímicos que si sé que ese alimento que esté comiendo es de una huerta agroecológica donde se usan semillas orgánicas.
3. Acortar la cadena de producción. Ir lo más cerca del productor que yo pueda. Entonces en ese caso me aseguro de que el precio que esté pagando vaya todo (o la mayor parte) a la persona que produjo ese alimento.
4. Si voy a una feria agroecológica, llevo mi bolsa o llevo envases reutilizables. Con esto tengo “cero residuos” con respecto al packaging y envoltorios, en cambio, si voy al supermercado me lo dan en una bolsa o en una bandeja de plástico cubierta de papel film. En ese caso, necesitamos elegir productos que tengan menos packaging, acercarse lo más posible al productor.

El sabor de la lengua y el sabor de la mano

Según Michael Pollan, existen dos sabores bien diferenciados. El sabor de la lengua es el sabor químico y sencillo que tiene lugar cuando las moléculas de los alimentos entran en contacto con las papilas gustativas. El sabor de la mano en cambio es una experiencia mucho más compleja, que lleva la inconfundible firma de la persona que lo elabora, es decir, el amor, sus ideas, su historia, el lugar donde vive.
Muchos científicos y fabricantes de alimentos aprendieron a engañar a nuestras papilas gustativas y hacer que un alimento sintético resulte apetitoso, en cambio, el sabor de la mano nunca podrá ser falsificado.

Fuente: http://ecoalimentate.org.ar/definiciones

¿Qué hacemos con los envases de plástico?

A la hora de considerar los envases plásticos, la clave está en dejar de pensar al residuo como basura y pasar a entenderlo como un recurso, como materia prima para futuros productos. Es de esta manera como se aporta a la economía circular: se sale de la cultura del descarte, y se empiezan a incorporar hábitos para la reutilización de las cosas, lo que redundará en el cuidado del ambiente.

En Buenos Aires hay una asociación civil sin fines de lucro que se llama Ecoplas y está especializada en plásticos y medio ambiente. Su director ejecutivo Mario Tonelli y la gerente de asuntos gubernamentales y comunicaciones, Verónica Ramos, nos dijeron que más que prohibir los plásticos, hay que educar acerca de un uso adecuado de los mismos. “Los plásticos no contaminan, de hecho están aprobados por el Código Alimentario Argentino para estar en contacto con alimentos. Se usan hace 40 años en el país, por ejemplo en sachet de leche, botellas de agua, envases de distintos tipos de alimentos. Un 45 por ciento aproximadamente del total de consumo de plásticos, está destinado a envases en general(productos alimenticios, cosméticos, shampoo)”, dijo Tonelli.