Aunque las medidas de confinamiento alrededor del mundo generaron una caída del 5% en las emisiones de gases de efecto invernadero, el incremento de los desechos plásticos está teniendo un impacto negativo en la naturaleza.

Se estima que cerca del 75% del plástico generado durante la pandemia del coronavirus, como mascarillas, guantes y botellas de desinfectante para manos, se convertirá en basura que llegará a los océanos, causando un grave costo para el medio ambiente y la economía, alertó a través de un comunicado la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Hoy en día solo el 9% de todo el plástico que se produce y consume a nivel mundial se recicla, el 12% se incinera, y la gran mayoría, el 79%, termina en basurales a cielo abierto o el mar.

En medio de este panorama difícil, un joven emprendedor de la localidad de Avellaneda, ubicada en el noreste de la provincia de Santa Fe, lleva a cabo desde hace varios años una propuesta innovadora, donde transforma desechos plásticos en portones, asientos, pisos, escaleras, entre otros artículos.

"Producimos las tablas plásticas, que son similares a la madera tradicional, y tratamos de darle un valor agregado, fabricando muebles o algún pedido que se haga", comentó Gastón Zuttión, titular de Tres Erres, a la hora de describir sus productos.

En cuanto a la procedencia de la materia prima, el empresario dijo: "La mayor parte se la compramos a cooperativas de acopio y clasificación, que generalmente están asociadas a los centros de Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU) o a la Red Argentina de Municipios ante el Cambio Climático (RAMCC)”. “Son cooperativas de economía circular que hacen una clasificación y venta de material de productos para reciclar", agregó.

Una vez que Tres Erres recibe los plásticos que fueron desechados por los ciudadanos o las organizaciones, inicia un proceso de reclasificación y en base a esa selección se producen las tablas.

"Cuando conocí este material me impactó, no parecía plástico, sino una madera barnizada", afirmó Gastón, en diálogo con Industria Ambiental, y aclaró: "Todo lo que se puede hacer con la madera se puede hacer con este producto".
Sobre el origen del emprendimiento, Zuttión recordó: "Empecé la investigación del producto en 2014. Me compré maquinaria usada y la puse en condiciones para producir”.

“La segunda parte del emprendimiento fue cuando comencé a fabricar madera plástica, la mayoría de las máquinas las había hecho yo, era todo prueba y error. En la industria plástica no hay una línea de producción, siempre son adaptaciones de una maquinaria a otra”, indicó el titular del emprendimiento.

La pequeña compañía que arrancó con algunas máquinas adaptadas, hoy trabaja sin parar para poder satisfacer la demanda de sus clientes, los cuales se encuentran en un 80 por ciento en Buenos Aires y un 20% en la región. 

“Siempre voy dando lo mejor y apostando a esto. Nunca me senté a evaluar, siempre fui empujando para adelante”, señaló Gastón.


Un futuro prometedor

“Este año quiero establecerme con la planta de operación en el parque industrial de Avellaneda, agregar un poco de maquinaria, que me está haciendo falta; y tratar de automatizar un poco para hacer crecer la empresa”, anticipó el titular de Tres Erres.

El joven empresario manifestó su optimismo sobre la utilización de tablas plásticas similares a la madera, ya que es un producto al cual no le afecta la humedad, no se raja, no se astilla y no se quiebra. “Yo tuve piso de madera y sé cómo es el mantenimiento. En un año tenés que cambiar una o dos tablas, las tenés que lijar por completo y volverlas a barnizar, al utilizar este producto plástico te estas evitando todo eso”, indicó.

Por lo tanto, las tablas plásticas son un recomendado reemplazo para la madera de origen vegetal, ya que evita la deforestación para la producción y se reduce la cantidad de residuos plásticos que impactan en el ambiente.

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