Las quemas en las islas fue una de las problemáticas más importantes, junto a la pandemia del coronavirus, que afectó al país y en particular a tres provincias: Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires.

La región del delta del río Paraná́ abarca una superficie aproximada de 17.500 km2, es una zona de gran interés ecológico, donde predominan ecosistemas de humedal. Desde febrero de 2020, más de 300 mil hectáreas de territorio en el Delta fueron arrasadas por el fuego y los daños en la región son incalculables.

Para sumar conocimiento al análisis del impacto del ecocidio en la región, la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad, que forma parte del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario, a través de su director el Dr Arístides Pochettino y con la coordinación de la ingeniera industrial Clara Mitchell, inició en septiembre del año pasado el "Monitoreo de la recuperación del humedal del Delta Superior del río Paraná", un relevamiento que se lleva a cabo en el Islote de los Mástiles, frente a la localidad de Granadero Baigorria.

“Hay muy pocos estudios sobre cómo afecta este tipo de fuego a los humedales. Nos pareció importantísimo, visto y considerado que la parte más intensa del ecocidio ya había sucedido, estudiar cómo el humedal recupera”, comentó Clara Mitchell, en diálogo con Industria Ambiental.

En cuanto a las causas que motivaron la quema de pastizales en las islas, la docente en Evaluación de Impacto Ambiental en la Facultad de Ingeniería manifestó: “El humedal es un ambiente muy diferente a la pampa húmeda. Con el crecimiento del monocultivo de soja transgénica se corrió la frontera agropecuaria, por lo que donde había ganado hoy hay soja. Entonces hubo que buscarle un nuevo lugar a ese ganado y lo que se encontró fue esta zona, según ellos, desvalorizada desde el punto de vista productivo”.

“En el humedal, No se puede hacer ganadería con los mismos parámetros que en la pampa. Hay varios estudios hechos sobre cómo hacer ganadería sustentable en las islas”, apuntó la ingeniera y aclaró: “Se intentó llevar a las islas estos métodos productivos de la pampa, entre ellos el uso del fuego para la renovación de pasturas para que coman las vacas. Si bien en algunos ecosistemas el fuego es un disturbio natural, que suele estar y que es hasta favorable, eso no pasa en el delta. En este lugar, el disturbio natural es la inundación y la sequía, nunca el fuego”.


Después del fuego

“El humedal es un ambiente muy resiliente, que seguramente se va a recuperar, pero lo que haya después de los incendios no será lo mismo que había antes”, sostuvo Mitchell y remarcó: “Este proyecto surge para aunar las capacidades y los conocimientos que tiene la universidad para estudiar la recuperación del humedal luego de los incendios”.

Según comentó la coordinadora de la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad, se determinó que el estudio se realice en el Islote de los Mástiles, frente a la localidad de Granadero Baigorria, porque este sector cuenta con una particularidad: tiene una parte quemada y otra que se conservó casi intacta.

Un trabajo en equipo

La investigación que lleva adelante la UNR es considerada innovadora porque es la primera vez que se realiza un análisis abarcando tantas disciplinas de manera conjunta, sobre los efectos de los incendios en el Delta del Paraná.
El estudio abarcará un periodo temporal de 2 años y consta de los siguientes trabajos:

1. Fertilidad del suelo:
Se miden variables relacionadas con la fertilidad del suelo tanto en áreas afectadas por los incendios como no afectadas, evaluando su evolución en el tiempo. Se repetirá el muestreo periódicamente (cada tres meses).
Este estudio lo realizará un equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias compuesto por Néstor Di Leo, Sergio Montico y José Alberto Berardi.

2. Evolución del área con sensoramiento remoto:
Actualmente, el sensoramiento remoto se plantea como una alternativa confiable para cartografiar y evaluar áreas quemadas ya que permite una observación sistemática de toda la superficie y ofrece información espectral sensible a la discriminación del sector afectado respecto del que no. De igual manera, en los momentos sucesivos al evento del incendio y mediante análisis multiespectral del sector afectado, el sensoramiento remoto también es capaz de ofrecer información precisa acerca de las condiciones de recuperación de la vegetación en el sector afectado.

Esto es importante a efectos de poder cuantificar la resiliencia ecosistémica que exista y/o el nivel de impacto que ha tenido el incendio. Este estudio lo realizará un equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias compuesto por Néstor Di Leo, Sergio Montico y José Alberto Berardi.


3. Biodiversidad en ambientes acuáticos:
Se utiliza la técnica de ADN ambiental (eDNA, del inglés “environmental DNA”) que analiza el material genético liberado por individuos que han transitado o habitan en el medio muestreado, con el objetivo de identificar las especies a las que pertenece dicho material. El tipo de muestreo es no invasivo y permite analizar varios taxones simultáneamente partiendo de una misma muestra.

Esta técnica, por lo general, identifica un mayor número de taxones y con menores tasas de error en comparación con las técnicas no moleculares. Este estudio lo realizará un equipo de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas dirigido por la Dra. Vanina Villanova y el equipo del Laboratorio Mixto de Biotecnología Acuática.
“Es muy interesante, porque filtran el agua de las lagunas internas para lograr saber qué especies, o por lo menos qué género, están presentes en esas aguas”, indicó Mitchell, sobre esta parte del estudio.

4. Abundancia y diversidad de artrópodos epigeos de la superficie del suelo:
Debido a su pequeño tamaño, su gran diversidad y su alta sensibilidad a las variaciones del ambiente, los artrópodos pueden ser buenos indicadores de la heterogeneidad del hábitat, de la biodiversidad del ecosistema y del estado de estrés al que está sujeto el ambiente. En consecuencia, ciertas especies o taxones de artrópodos pueden utilizarse como especies indicadoras del estado general del ecosistema. Se estudiarán por separado las comunidades estacionales primavera-estival y otoño-invernal.

Este estudio lo realizará un equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias compuesto por integrantes de la cátedra de Zoología Ana Paula Carrizo y Guillermo Montero.
“Los artrópodos son muy buenos indicadores de que tan heterogénea está un área ya que en la naturaleza la complejidad de un ecosistema es lo que le permite seguir prosperando”, remarcó la ingeniera, y adelantó: “Ya en el primer relevamiento se han encontrada diferencias interesantes entre las poblaciones de artrópodos”.


5. Abundancia y diversidad de flora:
Para realizar esta parte del estudio, se llevará adelante un muestreo de la vegetación herbácea por medio de parcelas que serán evaluadas durante toda la duración del proyecto. Se registrarán las especies presentes y se determinará su cobertura.

Este estudio lo realizará un equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias compuesto por Graciela Noemí Klekailo, Ignacio Martín Barberis, José Vesprini, Eugenio Álvarez Arnesi, María Eugenia Valfosca, Juliana Santi, Ángeles Tessore, Rodrigo Freire, Fernando Zamzuk y Patricia Torres.

6. Abundancia y diversidad de aves:
En esta prueba piloto, se realizará una primera aproximación a la diversidad de aves a través de muestreos comparativos en las diversas zonas quemadas y no quemadas.
Este estudio lo realizará un equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias conformado por Julia Gastaudo, Caterina Barisón, Jorgelina Asmus y Agustín Duarte.

Estudios como estos son relevantes, ya que las aves de los humedales tienen un rol ecológico muy importante en el mantenimiento de la estabilidad de estos ecosistemas y suelen ser sensibles a cambios ambientales constituyendo especies indicadoras (Devictor y Jiguet 2007; Wu et al. 2011; Yuan et al 2014).

“Todos los estudios están hechos en las mismas áreas, para poder comparar y unir entre todos los estudios y obtener una imagen bastante clara de lo que está sucediendo en esas áreas”, aclaró la coordinadora de la Plataforma de Estudios Ambientales y Sostenibilidad, que forma parte del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario.

7. Diversidad microbiana de suelos:
Las comunidades microbianas del suelo son muy diversas. En la actualidad, existe interés particular sobre los efectos que esta diversidad tiene sobre funciones ecológicas específicas y sobre la resiliencia a disturbios en los ecosistemas edáficos. En este estudio, se determinará a través de técnicas de ADN. Este estudio lo realizarán miembros del equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias IICAR GIECO.

Entrelazar los resultados de todos los análisis es la fortaleza más grande de este proyecto de investigación innovador generando una visión completa de la recuperación del humedal.

8. Abundancia y diversidad de aves:
se realizará una primera aproximación de la diversidad, la riqueza y la abundancia de aves a través de muestreos comparativos en las zonas quemadas y no quemadas.
Por último, Clara Mitchell comentó: “El proyecto está totalmente financiado por la universidad. El año pasado, en el primer relevamiento se destinó un poco más de medio millón de pesos. Estamos haciendo el presupuesto para el 2021”.