El Convenio de Minamata prevé controles y reducciones en una amplia gama de productos, procesos e industrias en los que se utiliza mercurio o que lo liberan o emiten. El tratado también se ocupa de la extracción directa de mercurio, la exportación e importación del metal y el almacenamiento de residuos con mercurio en condiciones de seguridad.

De conformidad con las disposiciones del Convenio de Minamata, los gobiernos han acordado prohibir la producción, importación y exportación de una variedad de productos que contienen mercurio antes de 2020. Para estos artículos existen alternativas sin mercurio que se irán incorporando gradualmente a medida que se vayan eliminando las otras. Por ejemplo, baterías, excepto las "pilas de botón" utilizadas en implantes médicos, interruptores y relés, algunas lámparas fluorescentes compactas, de cátodo frío y lámparas fluorescentes de electrodo externo, jabones y cosméticos, algunos artículos médicos que contienen mercurio como los termómetros y los aparatos para medir la presión arterial.

El Convenio también controlará la emisión y las liberaciones de mercurio de plantas industriales de gran escala tales como las centrales eléctricas alimentadas a carbón, calderas industriales, incineradores de residuos e instalaciones de cemento.

Hay otra cuestión, más subliminal del Convenio, la cual prevé el reemplazo de catalizadores a base de mercurio, empleados en la fabricación de productos esenciales como son los poliuretanos y el cloruro de vinilo. Estas industrias posiblemente verán aumentar sus costos de producción producto del reemplazo de los catalizadores con mercurio por aquellos libres de mercurio. Si bien esto es muy importante para el control y la eliminación del mercurio, las implicancias económicas también pueden ser muy importantes y con cierto impacto para aquellos países que firmen el Convenio. Argentina aún no ha firmado este Convenio, para esto hace falta que pase por el Congreso de La Nación. Al momento de la elaboración de este artículo, la firma del Convenio tiene media sanción del Senado faltando Diputados.

Ante esta situación, Argentina debería, antes de firmarlo, hacer un estudio socio-económico profundo en el cual se investigue el impacto económico que puede generar el cumplimiento de éstos presupuestos. De lo contrario, podemos estar asistiendo a un negocio internacional fenomenal, millonario con solo pensar en el reemplazo de catalizadores para la industria. Posiblemente algunos de los países firmantes, ya deben contar con las patentes para poder comercializar estos catalizadores a precios inalcanzables para países subdesarrollados como la Argentina.

Si bien este Convenio es excelente, desde la óptica de la eliminación del mercurio, merece especial atención, cuando lo que se busca es reemplazar productos por otros mucho más costosos. Como ocurre generalmente, este tipo de situaciones las termina pagando las industrias, las PYME, o sea la gente.




Lic. Claudio Belloso M. Sc.

Director General de Biogroup
Centro de Investigación Científica y Tecnológica
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