Por Abg. Iván Schuszter

Como siempre trato de contar novedades y compartir con ustedes, no solo temas legales sino también anécdotas que me ocurren ocasionalmente dentro de mi rutina de auditor legal y a lo largo de los años trabajando en distintas empresas.

Mi camino profesional comenzó cuando decidí especializarme en Derecho Ambiental, y desde aquel momento siempre pensé en algo muy concreto, todo aquello que haga lo debería hacer de una sola manera, bien.  En cuanto inicie mi vida profesional orientada de lleno al medio ambiente, deje de lado mi café con colegas, para sentarme, también café de por medio, con gente de formación técnica y claro, las primeras impresiones es que ellos hacían las cosas de mejor manera que la nuestra, más práctica y sencilla y se generaban menos problemas.

Ahora bien, mi sorpresa ante la realidad de cómo en el año 2016 uno sigue encontrando gente que se pone nerviosa ante una auditoria externa, no voy a caer en la definición de auditoria pero creo que todos coincidimos si digo que es una herramienta de gestión muy eficaz (si la sabemos aprovechar) y caer en un estado de nervios u ocultar información es definitivamente contraproducente y se aleja totalmente del correcto funcionamiento de una auditoria. Esta claro que si el auditor es malo el resultado de la auditoria también lo será, pero ya nos ocuparemos en otro momento de los malos de la historia (los auditores) ahora reconozcamos que si los auditados son malos el trabajo se complica mucho y lo mas probable es que el trabajo tampoco resulte el mejor.

Recuerdo una vez que estaba llevando adelante una auditoria en una empresa y luego de pasar por todo el relevamiento de las normas y de evaluar la situación de la Planta Industrial el responsable de la atención declara no tener asbestos. La información se da por buena hasta el almuerzo del día siguiente en donde en el comedor de la Planta una discusión amistosa entre dos mesas de unos 10 operarios acerca de un desafió futbolístico sugiere que el equipo perdedor debía hacer un asado utilizando las chapas de fibrocemento del techo desmantelado que se habían dejado en la zona de contratistas.

Como anécdota resulta muy entretenida, el problema se presenta en poder ayudar a esta empresa a cumplir con las normas o que en lugar de ser un auditor externo contratado, sea un inspector que podría convertir a este tipo de anécdotas en una sanción para la empresa.

Nos encontramos de todo en este oficio y obviamente las generalizaciones son malas, pero la idea que debemos tener presente es que el trabajo tiene que salir bien y para ello todos debemos estar alineado en la misma consigna.

Esimportante ocupar un rol dentro de una organización y no importa cual fuere ese rol, más importante es desempeñar bien la función.   

Y lo que más me sorprendió es que este tipo de cosas vengan de personas prácticas… se ve que en el fondo no importa en qué rama nos hayamos formado, nuestra condición de meternos en problema está en todos lados, y por suerte allí estamos los abogados.