La Construcción Sustentable debe incluir desde el diseño la inclusión de la temática de la iluminación interna y externa de las construcciones, fundamentalmente pensando en la longitud de vida útil de las mismas, pero sin olvidar tampoco las necesidades surgidas durante la etapa constructiva. Antes de que el pensamiento del lector inicie su recorrido hacia los artefactos de iluminación, queremos aclara que dentro del diseño de la iluminación nunca debemos dejar de tener en cuenta el aporte de la iluminación natural.

La iluminación natural puede aportar mucho a la construcción sustentable desde el punto de vista del consumo de energías, cuya matriz actual tiene el mayor aporte de generación mediante el uso de combustibles fósiles, en otras palabras reduce los consumos de energía durante la vida útil de las construcciones. Es importante también que el diseñador integre los elementos de control de la iluminación natural como por ejemplo parasoles, cortinas de enrollar, etc. que también contribuyen a la regulación térmica del aporte de la radiación solar.

En otras palabras el diseñador, debe incluir las bondades de la iluminación natural y combinarla con un buen diseño de la iluminación artificial, teniendo en cuenta parámetros de comodidad, seguridad y destino de los locales de la obra. Es decir las personas que habiten las construcciones, deben poder moverse con la seguridad y comodidad necesaria, pero también regulando la cantidad de iluminación específica que se recomienda en los distintos locales, según sea la función de los mismos. En otras palabras en algunos lugares es suficiente una iluminación difusa y descansada, mientras que en ámbitos de trabajo, incluyendo los domésticos la misma debe ser guiada para proveer de luz en los sectores en donde se necesite.

Una vez aclarado estos aspectos generales nos centraremos en las luminarias. La evolución de las luminarias, comúnmente denominadas lámparas y así las denominaremos de aquí en adelante, comenzaron siendo incandescentes durante muchísimo tiempo, compartiendo también su reinado con los tubos fluorescentes, con una división de usos y costumbres, en donde las lámparas incandescentes se usaban en general en los hogares, dejando el sitio de los tubos fluorescentes a los negocios y fábricas, o en general a lugares donde era necesaria una iluminación importante y en general para grandes superficies, en general durante muchas horas. Ya se pensaba en ese momento en los consumos pues los tubos fluorescentes tienen una mejor eficiencia de iluminación respecto de los consumos que realizan.

La tecnología fue avanzando y también las necesidades de contar con luminarias o lámparas cada vez más eficientes, y fue en la iluminación de fábricas, sectores comerciales e iluminación pública en donde se comenzó a cambiar las lámparas incandescentes, por lámparas a vapor de mercurio al principio, siguiendo a posterior una serie de innovaciones como las lámparas de sodio por ejemplo.

Sin embargo en los hogares se continuó con las lámparas incandescentes y fueron incorporándose los tubos fluorescentes con un mejor diseño y tamaño, ya que los fabricaron con formas circulares, más adaptables a artefactos hogareños.

La necesidad de reducir los consumos y los avances tecnológicos fueron haciendo cada vez mas eficientes y específicas a las lámparas, por ejemplos las dicroicas, halógenas y de bajo consumo, siendo estas últimas tubos fluorescentes con distintas formas y se adaptaron bastante bien a los artefactos existentes, pero con un inconveniente adicional de que al poseer en su composición vapores de mercurio, es necesario un tratamiento diferenciado como el que se realiza con los tubos fluorescentes agotados, que en general en los hogares termina como residuo sólido urbano, con los consiguientes peligros de contaminación ambiental. Asimismo las lámpara de bajo consumo, si bien tienen una mayor duración o vida útil, esta se reduce muchísimo, si la incorporamos en lugares de frecuente encendido y apagado. La última inclusión de tecnología es la incorporación de los LED en las lámparas.

Esta última incorporación de tecnología, los LEDs, ha puesto a disposición de los hogares, industrias, comercios e iluminación pública lámparas de distinto diseño, con una alta eficiencia en cuanto a la relación de consumo e iluminación, agregando también una alta duración de la lámpara. El único inconveniente es que funcionan con energía de bajo voltajes (12V) y necesita equipos de transformación que en la mayoría de las lámparas viene incorporada en la mismas, gracias a la miniaturización electrónica.

Hoy en día se está produciendo una migración a la tecnología LED a pesar de tener las lámparas un mayor costo, que se ve compensado con el ahorro energético y la vida útil de las lámparas. Actualmente has empresas productoras de lámparas diseñan las mismas para poder ser incorporadas en reemplazos de las existentes sin necesidad de cambiar de artefacto.

En conclusión el aporte de la iluminación, tanto natural como artificial, es muy importante dentro de la construcción sustentable considerando los consumos energéticos de las mismas durante su vida útil.

Ing. Jorge Orellana