Por Ing. Jorge Orellana
jorellana1954@gmail.com
ICMA - Ingeniería Civil y Medio Ambiente, Universidad Tecnológica Nacional



En el diseño se debe incluir el cuidado de los recursos naturales, fundamentalmente el uso racional del agua, elemento de uso cotidiano durante la ejecución de cualquier obra.

El cuidado de los recursos naturales fundamentalmente del agua es una función específica de la Construcción Sustentable, dado que la obra no solo consume ese recurso, sino que también genera efluentes que pueden contaminar los recursos hídricos locales.

Comencemos con los consumos de agua dentro de la obra en construcción.

Es prioritario consumir solo lo necesario, evitando de todas las formas posibles en derroche de dicho recurso.

Recordemos que el agua necesaria para la ejecución de la obra debe ser potable, es decir si la obtenemos de fuentes subterráneas, la misma no debe tener concentración de sales disueltas, ya que las mismas perjudican los hormigones y morteros, de cualquier tipo.

En el caso de los hormigones estructurales, pueden provocarse patologías de construcción como corrosión de la armadura, por ejemplo, y en el caso de los morteros para revoques, con el tiempo afloran las sales que pueden desgranar el revoque y dañan las pinturas de terminaciones.

Es por ello que el recurso debe protegerse de los derroches, teniendo en cuenta algunas acciones como por ejemplo que las mangueras tengan picos de cierre automático, es decir cuando no se mantiene apretado, se cierra evitando los derroches.

En la preparación de hormigones y morteros debe tenerse en cuenta las cantidades que se usarán ya que hacer en demasía, no solo se desperdician materiales cementiceos sino el agua que se usó para prepararlos.

Una buena contribución a la conservación del recurso hídrico, es la recolección de agua de lluvia para uso en la obra, siempre teniendo en cuenta las premisas sugeridas en la cosecha de lluvia ampliamente difundidas.

En cuanto a los efluentes que pueden contaminar el recurso hídrico son variados y de distinta peligrosidad o capacidad contaminante.

En primer lugar, contemplaremos los efluentes producidos en el lavado de las maquinarias y herramientas utilizadas en hormigones y morteros.

Se deberá utilizar bateas o dispositivos de sedimentación, para recoger el agua efluente y poder realizar la sedimentación de las partículas incluidas en dicho efluente.

El agua que sobrenada puede volver a utilizarse para la realización de morteros y hormigones. El sedimento se puede utilizar para ejecutar hormigones de relleno como los contrapisos.

En segundo lugar, se van a producir los efluentes generados por las actividades sanitarias y de preparación de comidas. En ambos casos, se deberá contar con alguna grifería que corte automáticamente el flujo del agua, para evitar los derroches por grifos abiertos. Asimismo, en los depósitos de inodoros, usar los que pueda discriminar las descargas en líquidos y sólidos, para economizar agua.

Es importante recordar que puede utilizarse en este caso el agua de lluvia recogida oportunamente, o las aguas grises de los lavatorios y duchas.

Dependiendo de la ubicación de la construcción pueden utilizarse los desagües cloacales existentes o utilizar dispositivos de tratamiento de efluentes cloacales que existen actualmente en el mercado y que garantizan un mínimo tratamiento para evitar las contaminaciones de las capas de aguas subterráneas, que son las más vulnerables.

Podríamos seguir explayándonos, pero en el Manual de Buenas Prácticas Ambientales en la Construcción del CIMPAR, se encuentran las directivas básicas y está disponible en el sitio web www.cimpar.org.ar