Por Ing. Jorge Orellana
jorellana1954@gmail.com
ICMA - Ingeniería Civil y Medio Ambiente, Universidad Tecnológica Nacional



La sustentabilidad integral de una ciudad, se basa en poder integrar a todos los servicios y necesidades de sus habitantes con el pensamiento de Desarrollo Sustentable.

Ya hemos hablado de la construcción sustentable en muchas notas y hoy nos vamos a centrar en una temática de gran importancia para la sustentabilidad de las ciudades.

El transporte de las personas dentro y fuera de las ciudades es un elemento muy importante dentro del pensamiento del Desarrollo Sustentable, debido a que ese servicio genera una gran cantidad de contaminantes, en especial gases de efecto invernadero.

Hoy en la ciudad de Rosario, la mayoría del transporte público y privado se mueve a través de vehículos de combustión interna, quedando las excepciones de los trolebuses movidos por energía eléctrica. Lamentablemente la energía eléctrica que se usa proviene de la matriz energética nacional y la misma se genera a través de combustibles fósiles en su mayoría.

Sin embargo es importante destacar que la ciudad de Rosario planea utilizar los parques fotovoltaicos instrumentados por la provincia de Santa Fe, para proveer de energía al circuito de trolebuses, prescindiendo en lo posible de la matriz energética nacional. Esto mejora notablemente en índice de sustentabilidad de la ciudad.

Las otras herramientas que se han implementado son los carriles exclusivos para el transporte público, sean estos colectivos, taxis y remises. También se ha implementado el sistema Mi Bici Tu Bici, siendo este un servicio de bicicletas públicas pagadas. Por supuesto se incluyó en ese programa un sistema de bicisendas en toda la ciudad.

En principio ambos sistemas incrementan el índice de sustentabilidad de la ciudad, pero existen algunos inconvenientes generalmente puntuales que hacen que el funcionamiento de ambos sistemas, que conviven en las calles de la ciudad, tenga interferencias y no sean lo eficientes que parecen ser en un principio.

Veamos algunos ejemplos que hemos encontrado, fundamentalmente en el macrocentro de la ciudad.

La bicisenda de la Av. Pellegrini en toda su extensión no proporciona inconvenientes debido a dos elementos fundamentales, el ancho de la calzada, que permite la coexistencia de la bicisenda, dos carriles para vehículos y un carril para estacionamiento. Además no posee carril exclusivo.

Esta circunstancia hace un tránsito fluido, salvo pequeñas excepciones de estacionamiento en doble fila que suelen ser controlados bastante rápidamente.

La bicisenda ubicada en la calle Buenos Aires hacia el centro, ya presenta algunos problemas. Si bien es una calle bastante ancha, se permite el estacionamiento y el espacio que resulta es aproximadamente de un carril y medio, por lo que efectivamente sucede es que un solo carril para la circulación vehicular.

Por último, y para no extendernos en el tema, la bicisenda de calle Alem hacia el sur. Aquí podemos distinguir dos partes muy diferenciadas entre sí. El sector desde calle San Luis a Av. Pellegrini y desde Av. Pellegrini al sur. En el primer tramo el ancho de la calle solo permite la coexistencia de la bicisenda, un carril vehicular y uno para estacionamiento. Lamentablemente es una calle con un tránsito importante con varias líneas de transporte público a lo que se le debe sumar la existencia de establecimientos escolares (donde el estacionamiento en doble fila es una constante), el Hospital Provincial) donde se produce el mismo problema), por lo que se transforma en un solo carril que constantemente produce embotellamientos. El segundo sector no presenta estos problemas, ya que la traza de la calle se amplía permitiendo la bicisenda, dos carriles vehiculares (casi tres) y un carril de estacionamiento.

El carril exclusivo de calle Maipú, es un gran beneficio para el transporte público, pero deja un solo carril para el resto de los vehículos, provocando en general embotellamientos en las horas pico.
Es de hacer notar que dicha calle es la única que conecta el sur de la ciudad con en centro más rápidamente, cosa que no sucede con la calle Buenos Aires, que a su vez la existencia de la bicisenda hace que se pueda circular como un solo carril. Por lo que es tomada por gran cantidad de vehículos particulares.

De todos estos ejemplos nos encontramos con las siguientes conclusiones:

La existencia de las bicisendas y carriles exclusivos, ha incrementado el índice de sustentabilidad de la ciudad.

Lamentablemente no se ha diseñado ambos sistemas con una ingeniería de transito con pensamiento ambiental.

Todos los componentes del tránsito que produzcan embotellamientos son negativos para el ambiente pues solo provocan mayores emisiones de gases de combustión interna sin provocar el traslado efectivo del vehículo.

Por ejemplo se podría haber puesto la bicisenda de calle Alem en la calle Juan Manuel de Rosas, ya que la misma no tiene líneas de transporte público, es una calle ancha que permitiría un flujo vehicular rápido, sin embotellamientos, y además esta a solo dos cuadras de calle Alem.
La bicisenda podría empalmar con la de Av. Pellegrini y de allí hasta la calle Alem en su sector más ancho.

Por lo tanto las bicisendas y carriles exclusivos deben pensarse con mente ambiental, estudiar su trazado con ese criterio y tener en cuenta los usos y costumbres de los ciudadanos, como así también los anchos de las calles donde se van a instalar.

Evidentemente muchas veces es muy lindo tener en el plano de la ciudad trazados de bicisendas rectas y limpias, pero eso no siempre es ambientalmente correcto.

Hasta la próxima.