La detección de nuevos casos de coronavirus, a través de los operativos de testeo en diferentes puntos de la ciudad, se transformó en una herramienta fundamental para la definición de medidas sanitarias y epidemiológicas en la región.

Sin embargo, como han reiterado los referentes en materia de Salud, los números que se obtienen en los relevamientos oficiales no representan el estado actual de la pandemia del covid-19, sino que muestran el panorama con dos semanas de atraso.

Para acortar la brecha entre la realidad y la información sobre infectados de coronavirus en un determinado territorio, el Centro de Investigación Científico y Tecnológico Biogroup, a través de su Área de Investigación y Desarrollo, puso en marcha el Programa de Monitoreo y Detección de SARS CoV-2 en los efluentes cloacales.

“En mayo nos pusimos en contacto con un laboratorio de Estados Unidos, que había comenzado a trabajar en el tema, y largamos un estudio en paralelo en Rosario y ciudades vecinas para tratar de determinar por dónde se propagaba el virus, determinando la presencia del SARS-CoV-2 en los efluentes cloacales de distintos sectores de la ciudad”, explicó Claudio Belloso, director de Biogroup, en diálogo con Industria Ambiental.

Según detalló el licenciado en Química Industrial, el estudio permitió “tener idea de cómo se está moviendo el virus en la población”. “Esto es muy importante en las pandemias porque ayuda a enfocar por dónde se está moviendo el virus y dónde tiene mayor incidencia”, señaló.

Se sabe que el virus es eliminado a través de la materia fecal por las personas infectadas, tanto aquellas que desarrollaron síntomas, y han sido testeadas con resultados positivos, como aquellas que si bien han sido contagiadas no presentaron síntoma alguno.
Las muestras del efluente cloacal recolectadas fueron procesadas en los laboratorios de Biogroup mediante técnicas de concentración específicas de acuerdo a lo normado por Standard Methods For the Examination of Water and Wastewater, 9510 Detection of Enteric Viruses (2017).

Una vez concentrada la muestra de más de 1000 litros en 200 microlitros, se procedió a remitirla a los laboratorios Cibic en donde se procedió a la detección del virus de la COVID-19 mediante la RT-PCR en tiempo real. En no más de 3 días de extraídas las muestras de los efluentes cloacales, se pudo acceder a los resultados.

Tanto el procedimiento de muestreo, como la rotulación e identificación de las muestras fue confidencial y codificado. El sistema de trazabilidad de la muestra opera de forma anónima.

Aunque todavía se están relevando y analizando los datos del monitoreo, desde Biogroup ya realizaron algunas observaciones sobre la experiencia. “El aumento de la cantidad de ensayos positivos en los efluentes cloacales coincidía con la curva de contagios en esa región de 15 o 20 días después”, indicó Belloso. Es decir, el Programa de Monitoreo del Efluente Cloacal para Detección de Coronavirus (SARS CoV-2) logró anticiparse en dos o tres semanas a los números oficiales que se obtenían de los testeos diarios.

“Los investigadores de Estados Unidos, que lo realizaron en varias ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Washington, obtuvieron resultados muy parecidos a los nuestros”, manifestó el licenciado en Química Industrial, y agregó: “Esto tiene mucho sentido hacerlo al comienzo de la pandemia, cuando no sabemos cómo se moverá el virus”.

En cuanto a la posibilidad de continuar el estudio en Rosario, el director de Biogroup remarcó que la investigación se puede retomar si la cuerva de contagios se reduce a no más de 15 o 20 casos diarios (se supone que el número real de infectados es aproximadamente diez veces mayor).

“Haciendo el monitoreo nuevamente te das una idea de cuándo podes llegar a tener el rebrote, que se espera para marzo pero es probable que se adelante”, anticipó Belloso.

Para llevar a cabo el trabajo, que no contó con financiación de terceros, Biogroup implementó tecnología que ha sido consensuada con institutos de investigación y laboratorios de varias partes del mundo. Estas campañas de monitoreo de los efluentes cloacales ya han sido utilizadas en varios países desarrollados.

En Estados Unidos en particular, el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (CDC) ha comenzado a formar grupos interdisciplinarios para la implementación de esta tecnología en todo el País con el objetivo de adelantarse a los casos que podrán tener cuando comience el otoño americano.

Por último, Belloso aclaró que a través de los efluentes cloacales, según estudios realizados en el exterior, “no hay riesgo de contagio, porque es una enfermedad respiratoria y como tal se contagia por vía aérea”. “En las piletas de natación el riesgo de contagio es igual al riesgo que enfrentamos en la calle, si el agua está bien tratada es difícil que se trasmita el coronavirus”, concluyó.

Por el Programa de Monitoreo y Detección de SARS CoV-2 en los efluentes cloacales, Biogroup recibió consultas de Aguas Santafesinas SA, el Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe y otras provincias y algunos equipos de salud de países Latinoamericanos.