Especialistas se refieren a la tendencia a reutilizar y reciclar los desechos. Los beneficios para el medio ambiente y la economía

 

En los últimos años hay una tendencia en las industrias a llevar adelante buenas prácticas ambientales para evitar la preocupante contaminación y uno de los grandes temas es el adecuado manejo de residuos. En este sentido lo que se viene buscando es su reutilización y reciclaje, concibiendo a los mismos ya no como desechos sino como materia prima. Un cambio de paradigma que trae beneficios no sólo para el medio ambiente sino también para la economía.

Cuando se trata de residuos industriales la clasificación es bastante amplia, abarca los peligrosos y los que no lo son, los orgánicos, los sólidos y los efluentes, además de los que pueden ser reciclables, entre otros.

En términos generales lo que se busca para preservar el ambiente es el principio conocido como las 3 R: reducir, reutilizar, reciclar. Como es el caso del Frigorífico Paladini, donde trabajan para un uso eficiente de los recursos naturales y la prevención de la contaminación.

“En el frigorífico generamos aproximadamente 250 toneladas de residuos por mes, de este total logramos reciclar 150 toneladas (lo que equivale a más del 50 por ciento).
Contamos con islas de reciclaje para la separación de los desechos en origen. Los residuos de materiales reciclables, como por ejemplo plástico, papel, cartón, metales, maderas, entre otros, son enviados a empresas para su reciclado; los compatibles con residuos domiciliarios son remitidos a un relleno sanitario habilitado y los peligrosos los derivamos a empresas especializadas para que se ocupen de los mismos”, aclara el ingeniero ambiental Ignacio Alegro, jefe de Medio Ambiente de Paladini.

También resalta la reutilización de los residuos cárnicos (como los huesos), los cuales se usan para la fábrica de harina de carne que el frigorífico tiene en el mismo establecimiento. Estos desechos son procesados para elaborar harina de carne, empleada como ingrediente en alimentos balanceados para animales no rumiantes, y sebo para jabonería.

Además del tratamiento de los residuos sólidos, prestan especial atención a los efluentes líquidos. Cuentan con una planta de tratamiento de efluentes, en la cual realizan un proceso de depuración previo a arrojarlo al río Paraná con el objetivo de evitar su contaminación.

Residuo cero
Lo cierto es que adquirir una conciencia ambiental lleva tiempo y requiere especialmente de constancia para obtener buenos resultados. Así lo ha demostrado la planta de General Motors ubicada en Alvear, que luego de un gran esfuerzo y trabajo ha conseguido generar un residuo cero. Esto significa que todo desecho generado es reutilizado o reciclado, sin descartar nada.

Un logro que consiguieron en mayo de 2011, convirtiéndose en la primera planta de GM en Sudamérica en alcanzar este resultado. Fue a partir de ese año que lograron no enviar nada a relleno sanitario. Y hoy cuentan con hasta 15 categorías de residuos, las cuales son separadas en diversos contenedores, con etiquetas y colores distintivos.

Dentro de éstos se encuentran los peligrosos y lo que no lo son: con respecto a los primeros, los derivan a empresas que se ocupan de su tratamiento ; y los segundos, como la madera, el cartón y la chapa, los venden.

Al respecto, Norberto Tinazzo, responsable de Medio Ambiente de GM Argentina, cree que cuidar el medio ambiente es un negocio, ya que ellos obtienen ganancias con la venta de residuos. Por lo tanto considera necesario desterrar el prejuicio de que es más caro tomar medidas para cuidar los recursos naturales. “Hay que dejar de ver al residuo como basura y entenderlo como una materia prima”, remarca Marcelo Muñoz, técnico ambiental de GM.
Algunos ejemplos que dan cuenta de esta política ambiental es el cambio que vienen realizando de los tubos fluorescentes por led, teniendo en consideración que estos tubos poseen mercurio, un residuo peligroso. Además, en la planta de motores tienen colectores de agua de lluvia (2 tanques) en los extremos de los techos, que va exclusivamente a los inodoros. En relación al embalaje de las piezas de los autos, se favorece el material reciclable. “La mayoría de las piezas vienen de Europa, en cajas ya no tanto de madera sino de cartón”, aclaran.

Pero el cuidado no está sólo en la fabricación del auto sino también en su posterior uso y las consecuencias que puede traer. “El autonuevo que estamos produciendo (llamado Cruze) tiene un motor liviano, de aluminio, que gasta muy poco, y tiene una prestación de altísimo nivel. No podemos seguir con un motor gastador”, agregan los especialistas.

Nuevos hábitos
Además, los cambios que vienen llevando adelante los empleados los van trasladando a sus hogares. “Por ejemplo realizan la separación del residuo en origen, además hacen compost y crean huertas en sus casas. De esta manera vamos creando conciencia ambiental en la gente, que es lo que nos interesa”
, comentan.

Para Tinazzo en las nuevas generaciones se observa un cambio, una mayor conciencia ambiental. Y los gobiernos se están empezando a comprometer más en el tema. Desde GM reciben visitas de escuelas y les brindan charlas sobre compostaje, el cuidado del medio ambiente, las especies naturales. De hecho la planta cuenta con una reserva natural protegida, donde los chicos aprenden sobre los árboles y pájaros de nuestra zona. Y posteriormente a las actividades, les hacen una encuesta a los alumnos para ver si aprendieron e incorporaron información para nuevos hábitos.

Desechos peligrosos
Para cuidar el planeta se requiere reducir la basura que va a relleno sanitario o incluso evitar llevarla a los mismos. Y uno de los desafíos es encontrar la forma de reutilizar los residuos peligrosos, que necesitan una atención especial. Una de las empresas que se ocupa de este tipo de desechos es IDM que está en San Lorenzo y tiene como uno de sus clientes a GM Alvear.
En IDM buscan brindar soluciones a cada residuo y priorizan su reutilización, reciclado y tratamiento. Nada de lo que reciben de sus clientes llevan a relleno sanitario.

“La empresa ha comunicado su filosofía de El habitante del 2100, que se basa en que los residuos generados hoy deben ser tratados hoy, y no dejarlos guardados en un pozo hasta que dentro de más de 100 años, nuestros nietos tengan que ocuparse de su tratamiento”, dicen las ingenieras ambientales Celina Lauría (una de las directoras de IDM) y María Elena D' Abate (responsable del área de calidad y medio ambiente de la firma). Entre sus logros se encuentran el desarrollo de una tecnología para eliminar PCBs (un compuesto tóxico), el reciclado del 100 por ciento de los materiales de los envases tetrabrik, la vitrificación de las cenizas de incineración y materiales con amianto, la recuperación del mercurio de luminarias y pilas, además de la recuperación de metales de pilas y baterías; y la extracción del contenido de aerosoles y posterior recuperación del envase.

Desde esta firma consideran que en la manipulación de este tipo de residuos juega un papel fundamental la elaboración de análisis y ensayos previos a su tratamiento, y para eso cuentan con un laboratorio. También la empresa está certificada con ISO 14.001 (norma internacional de sistemas de gestión ambiental) desde el año 1998 y en ese contexto es que trabajan en planes de acción para la prevención y minimización del impacto ambiental.

TRATAMIENTO DE LOS DESECHOS

Los residuos industriales de tipo peligroso requieren una especial atención para evitar el impacto en el medio ambiente. Desde la firma IDM (San Lorenzo) se ocupan de este tipo de residuos, además de los que no son peligrosos. Los clasifican de acuerdo a su posibilidad de recupero, reutilización y reciclado; y llevan adelante distintos tipos de tratamientos.
Además de los métodos más conocidos como termodestrucción y destilación de solventes, han desarrollado otras alternativas para determinados desechos. Como por ejemplo, en el caso de los envases metálicos que se prensan e incineran en un horno estático para eliminar los restos de su interior; y el resultado son envases prensados libre de contaminantes que se destinan como chatarra. Con respecto a los residuos de amianto o asbestos deben su peligrosidad a su conformación cristalina. “La exposición a fibras de amianto puede ocasionar enfermedades irreversibles. El tratamiento está orientado a cambiar su formación cristalina por otra inocua, consiguiendo la pérdida de su toxicidad intrínseca”, aclaran las ingenieras ambientales Celina Lauría y María Elena D' Abate.
Otro ejemplo de este trabajo es lo que realizan con las luminarias, las cuales son procesadas en un destilador al vacío, donde el mercurio destila en forma líquida y es separado a través de un condensador. “El vidrio queda libre de mercurio y puede ser reciclado como tal”, agregan.
Para el tratamiento de las pilas y baterías el primer paso consiste en la molienda, donde se escurre el solvente que le confiere la peligrosidad. “El material molido se incinera en un horno estático para eliminar los restos de plásticos y obtener la aleación metálica libre de contaminantes”, explican.
Lo importante en todos estos procesos es reducir la peligrosidad del residuo y rescatar las propiedades reutilizables o reciclables.

Preocupación por el aumento de los residuos electrónicos

Uno de los tipos de residuos que más está creciendo son los aparatos electrónicos por el recambio constante que se realiza en la sociedad. Por ello es fundamental comenzar a pensar y llevar adelante estrategias para la reutilización y reciclaje de este material.
Una de las empresas nacionales que viene trabajando en ese sentido es el Grupo Pelco, que se especializa en la transformación y tratamiento de los desechos industriales. Este año realizó la primera exportación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos desde el país. Se trata de 50 toneladas de plaquetas, las cuales fueron derivadas a la planta Umicore, en Bélgica, para su reciclaje y la extracción de metales preciosos de estas piezas.
Dicha empresa comenzó con su primera planta industrial en Ricardo Rojas, Partido de Tigre, hoy núcleo de la compañía. Luego la segunda, ubicada en Puerto San Martín, provincia de Santa Fe; mientras que la tercera se encuentra emplazada en Benavídez, Partido de Tigre.
Para Claudia Kalinec, una de las directoras de Pelco, es preocupante el incremento de los residuos industriales en general y en especial el tecnológico, lo que lleva a la necesidad de trabajar en su reducción para disminuir el impacto ambiental. “Si bien hay más conciencia acerca de la reutilización de la basura, se requiere más compromiso por parte de las industrias a la hora de manipular y separar correctamente los desechos. Y es fundamental hacer especial hincapié en las políticas ambientales y un marco legal adecuado”, considera.