Por Lic. Belén Travesaro
belentravesaro@gmail.com


En la provincia de Santa Fe ya se conformaron 28 asociaciones que buscarán un adecuado tratamiento de la basura en sus jurisdicciones. La iniciativa se enmarca en el programa GIRSU de apoyo a municipios y comunas, cuyo director es Miguel Siryi

La ley 13055 sancionada en el 2009 y conocida como “Ley de basura cero” establece entre sus principios básicos la regionalización y la acción mancomunada para la gestión de los residuos. La misma crea el programa provincial GIRSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos) de apoyo a municipios y comunas, actualmente a cargo del ingeniero Miguel Siryi, para quien el balance del trabajo que vienen haciendo desde el año pasado es altamente positivo.

Una de sus principales líneas de acción, en concordancia con lo establecido por la ley 13055, es la conformación de consorcios regionales, integrados por comunas y municipios de la provincia, que son apoyados desde el programa en aspectos institucionales, administrativos, técnicos, operativos y económicos para lograr un adecuado tratamiento de sus residuos. Los directorios de esos consorcios son integrados en su totalidad por las autoridades de cada una de las localidades miembros, y presidido por uno de ellos.

El año pasado lograron conformar 17 consorcios y en lo que va del 2017 ya son 28 los constituidos en Santa Fe, hoy todos trabajando en las múltiples etapas que conllevan el proyecto y la ejecución de sus respectivas plantas de tratamiento y disposición final, las que definitivamente terminarán con los basurales a cielo abierto que tantos problemas nos generan.

Se entiende a la conformación de consorcios como un plan de mediano y largo plazo, no obstante ello también se vienen llevando adelante acciones de corto plazo, fundamentalmente encausando el flujo de residuos generado por localidades próximas a rellenos sanitarios, que ya funcionan en el territorio provincial, y que hasta ahora no se servían de ellos para la disposición final, sino que disponían sus residuos en basurales a cielo abierto. “Al día de hoy se ha logrado que 25 localidades dispongan sus residuos en rellenos sanitarios, lo que representa aproximadamente (teniendo en cuenta que entre ellas están Rafaela, Santa Fe y Rosario) un 57 por ciento del total de los habitantes de la provincia”, agrega.


Para la creación de consorcios son asesorados y guiados por el equipo a cargo de Siryi, luego finalizado y aprobado el proyecto, se les otorga por parte del gobierno de Santa Fe un aporte no reembolsable para la compra de equipamiento y ejecución de las obras correspondientes.

“Buscamos eliminar los basurales a cielo abierto y ordenar el flujo de residuos hacia sitios de disposición final adecuados. Notamos más compromiso para la gestión de residuos por parte de las comunas y municipios, aunque falta seguir trabajando para alcanzar las metas de reducción establecidas para nuestra provincia”, reconoce el profesional.

Los tipos de residuos se pueden clasificar en recuperable, orgánico y no recuperable. En primer lugar hay que lograr reducir al máximo el material recuperable que se envíe a disposición final, esto se logra a través de separación en origen como así también en destino, es por eso que plantean la necesidad de plantas de clasificación y tratamiento previo a la disposición final.

Del mismo modo se debe reducir la fracción orgánica con procesos de compostaje domiciliario o en plantas, todo ello para que finalmente llegue a disposición final sólo el material no recuperable. En ese sentido se viene trabajando en ciudades como Rosario con sus programas de separación en origen o a través de su planta de clasificación y compostaje de Bella Vista.

El mismo criterio se aplicó en el centro ambiental recientemente inaugurado de Villa Gobernador Gálvez, el que además cuenta con una planta para tratar los residuos conocidos como áridos o de construcción.

Más asociaciones

¿Cómo llevan adelante la creación de los grupos? Primero desde el programa se busca sensibilizar a los gobiernos locales (ejecutivos y legislativos) sobre la problemática, la legislación, sus obligaciones y las alternativas de solución, para luego y tras el debate hacia el interior de cada uno de ellos, pasar a la formal conformación de los consorcios y desarrollo de los proyectos regionales.

“Al día de hoy las localidades agrupadas en los 28 consorcios son más de 200 cubriendo a una cantidad aproximada de un millón de habitantes, por lo que si los objetivos son alcanzados se llegaría prácticamente a un 90 % de la población de la provincia con cobertura para tratamiento y disposición final de sus residuos”, explica.

Entre los consorcios ya conformados se pueden citar, entre otros, a aquellos que tienen como cabecera a las ciudades de Villa Gobernador Gálvez, con un planta comenzando a funcionar; Firmat con una planta móvil; Venado Tuerto con proyecto terminado próximo a financiar, Rufino con su planta en construcción, y Reconquista con su planta a inaugurar.

Erradicación de basurales

Otro objetivo del programa GIRSU es la clausura de basurales a cielo abierto, los cuales son altamente contaminantes. “Cuando el programa se consolide la meta es llegar a que el 90 por ciento de habitantes de la provincia cuenten con un centro de disposición final y a un 70 por ciento de erradicación de los basurales”, asegura.

En este asunto, primero intiman a los vecinos para el cierre del basural, y si hay una respuesta rápida, apoyan a la comuna o municipio con algún programa o aporte para tratar de mejorar la condición, y que pueda disponer de un relleno sanitario. Han llegado a instancias de denuncia y en algunos casos han entrado a basurales con órdenes de allanamiento para limpiar. Lo cierto es que todavía quedan basurales a cielo abierto y sitios donde no disponen sus residuos correctamente.


Cuestiones pendientes

Si bien en estas áreas se viene avanzando, todavía falta seguir trabajando para obtener una reducción del residuo que se genera en la provincia. “En las gestiones de Rosario, Rafaela y la ciudad de Santa Fe, se viene trabajando desde hace años con metas de reducción, pero hay localidades donde se requiere insistir en esto. Rosario tiene una planta de tratamiento de compost (Bella Vista) donde se tratan 150 toneladas de residuo sólido urbano por día”, reconoce el ingeniero.

Otro asunto que al funcionario le preocupa es la falta de formación de la gente en estos temas; según su experiencia en muchos lugares que recorre de la provincia hay desconocimiento acera de la ley de basura cero.
“Todavía hay mucho por hacer, este tema se está empezando a poner en agenda. Ocuparse de la educación ambiental, y en eso estamos, es importante y hay que saber que son procesos graduales,”, opina.

Lo importante, considera, es que estos esfuerzos se sostengan en el tiempo. Porque se trata de planes a largo plazo. Y, además, puedan seguir adelante independientemente del partido político del momento.
De hecho cada asociación que se constituye está avalada por ordenanzas locales, que trascienden a la gestión.

Otro aspecto que están trabajando es que haya afinidades y consensos entre quienes conforman los grupos, lo que no siempre ocurre, a veces hay diferencias ya sea en definiciones políticas o incluso hasta de personalidad que influyen en la tarea. Trabajar también en estos asuntos hace a una más efectiva gestión de residuos.

MARCO NORMATIVO

En el año 2009, se sanciono la Ley 13.055 de residuos sólidos urbanos, cuyo organismo de aplicación es la Secretaría de Medio Ambiente. Se la conoce como “Basura 0” y contempla los siguientes puntos: Establece el relleno sanitario como método de disposición final de residuos en la provincia. Plantea la creación del Programa de Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos con el fin de colaborar con los municipios y comunas en el saneamiento de los sitios de disposición final de residuos, estableciendo mecanismos para la asistencia técnica, capacitación, difusión y apoyo. Propone cronogramas de reducción del envío a rellenos sanitarios de residuos reciclables, y de erradicación de basurales a cielo abierto. Y promueve la constitución de consorcios regionales para el abordaje de la problemática donde se desarrollen en forma conjunta proyectos para la gestión y disposición final de los residuos sólidos domiciliarios.