El instituto danés del reconocido urbanista Jan Gehl, brindó una clase magistral titulada “Ciudades para la gente” en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Santa Fe.


Reflexionar sobre la ciudad, los modos de habitarlas y las nuevas oportunidades para mejorar requiere de tiempo y de capacidad de escucha y diálogo. Eso fue lo que sucedió en la mañana de hoy en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas Santa Fe, donde un nutrido grupo de técnicos, funcionarios municipales y público interesado en el urbanismo y el diseño de ciudades escucharon con atención las experiencias de trabajo del Instituto Gehl.

Con una gran trayectoria en el tema, miembros del instituto con sede en la ciudad de Copenaghe brindaron una charla abierta en la ciudad. En la conferencia, Jeff Risom, director general de Gehl Architects, hizo hincapié en generar espacios para que sean habitados por todos los ciudadanos. “El espacio público para que sea disfrutado tiene que invitar a que los ciudadanos lo usen, debe ser atractivo, sencillo”, expresó. Y sentenció: “Las calles tienen que ser nuestro mejor espacio público”.

La actividad fue organizada por la Municipalidad y abierta a todo el público. Se trata de la reconocida consultora de investigación y diseño urbano que ofrece expertise para el desarrollo de conocimientos en el ámbito de las relaciones entre la vida y la forma urbana, pensando en espacios públicos de escala humana.

Risom explicó que por muchas décadas, la totalidad de la calidad del ambiente construido en la ciudades fue dada solo por arquitectos y quizás algunos abogados. “Lo que promovemos desde el Instituto es que sí necesitamos arquitectos, diseñadores y planificadores urbanos, pero para hacer de la ciudad un lugar verdaderamente increíble, exclusivo, sano y sostenible necesitamos de muchas más disciplinas trabajando con los arquitectos, entiendiendo que no es solo la forma sino que hay más ángulos y perspectivas. Entonces así tendremos lugares no solo más más inclusivos sino que reflejen las necesidades” finalizó.


El experto también se refirió a la importancia de tener como punto de partida a la gente: “Pensar en el diseño de la ciudad no es solo pensar en lo que se ve, en el hardware, sino que también hay que pensar en el software, en todo lo subyacente, en la cultura y en la vida pública”.

Por su parte, la secretaria de Ambiente y Espacio Público, Marina Borgatello, contó que el objetivo del encuentro fue generar un espacio de diálogo y reflexión en relación a la construcción de la ciudad y las formas de habitarla.  “Pensar la ciudad que queremos, es una tarea permanente y colectiva, y por esto quisimos plantear esta charla de manera abierta”, sostuvo la funcionaria.

Tener espacios públicos bien pensados puede orientar hacia formas de vida saludables, permitiendo a la gente integrar la actividad física en su rutina cotidiana caminando, usando bicicleta y transporte público.

En este sentido, el Instituto Gehl trabajó en 250 ciudades de más de 50 países, promoviendo y priorizando la apropiación y el uso de los espacios públicos. Su trabajo está basado en la dimensión humana, en los efectos que tiene el entorno construido en las interacciones sociales entre la gente. El uso vivo e intenso de los espacios públicos es esencial para la calidad de vida en las ciudades y para el bienestar en general, ya que una buena ciudad es una ciudad viva.


“Nos interesa poner el acento en esa ciudad que queremos, en el doble sentido. Pensando en el futuro, como la ciudad que buscamos; pero también partiendo desde el presente: la ciudad que queremos´ aquella a la que estamos irremediablemente ligados desde el afecto. Pensar la ciudad es pensar a sus ciudadanos, a las personas que la habitan. En este sentido los aportes de Jan Gehl son fundamentales”, agregó Borgatello.


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